MIGUEL VITAGLIANO
SALA DE MÁQUINAS
Tenemos las máquinas

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789873633454

Cuál es la tecnología de la imaginación? Qué dispositivos conciben los escritores para inventar un cuarto propio, que imponga su estilo? Antes de dejar Berlín, Brecht desplegaba su poética múltiple en sus siete escritorios mientras que Sylvia Plath advertía en la puerta de su cuarto: ¡Silencio, aquí trabaja una genia!. Miguel Vitagliano conjura e invoca los espacios, máquinas y manías de diversos escritores, para dejar vía libre a la escritura. Como si el espacio o el dispositivo fuera el primer requisito para la creación. Llevamos incrustada en el estómago una máquina de escribir silenciosa, dice William Burroughs, y Vitagliano se pregunta cómo grandes escritores desplegaron una poética singular del espacio, su propia disposición, para escribir, siempre, en contra de los obstáculos, los exilios, las dictaduras o las interrupciones de la vida doméstica. Desde los primeros escritorios, como la célebre imagen de san Jerónimo junto a su león, hasta el claustro de Sor Juana, el encierro de Flaubert o la escritura siempre móvil de Sarmiento, cada estilo se puede pensar desde su dispositivo, es decir su disposición para escribir.

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Cuál es la tecnología de la imaginación? Qué dispositivos conciben los escritores para inventar un cuarto propio, que imponga su estilo? Antes de dejar Berlín, Brecht desplegaba su poética múltiple en sus siete escritorios mientras que Sylvia Plath advertía en la puerta de su cuarto: ¡Silencio, aquí trabaja una genia!. Miguel Vitagliano conjura e invoca los espacios, máquinas y manías de diversos escritores, para dejar vía libre a la escritura. Como si el espacio o el dispositivo fuera el primer requisito para la creación. Llevamos incrustada en el estómago una máquina de escribir silenciosa, dice William Burroughs, y Vitagliano se pregunta cómo grandes escritores desplegaron una poética singular del espacio, su propia disposición, para escribir, siempre, en contra de los obstáculos, los exilios, las dictaduras o las interrupciones de la vida doméstica. Desde los primeros escritorios, como la célebre imagen de san Jerónimo junto a su león, hasta el claustro de Sor Juana, el encierro de Flaubert o la escritura siempre móvil de Sarmiento, cada estilo se puede pensar desde su dispositivo, es decir su disposición para escribir.